Condujo
silencioso durante todo el viaje. Me desperté cuando se detuvo en medio de un
extraño páramo. Abrió y con una voz desagradable, muy distinta a la que
utilizaba cuando me conoció, ordenó que bajase. Pero no me importó; mientras
obedecía le dediqué, como siempre, mi mejor semblante. A continuación subió de
nuevo al coche y sin decir una palabra arrancó, dejándome allí, ladrando
desconsoladamente.
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sábado, 12 de marzo de 2016
sábado, 5 de marzo de 2016
Espíritu de equipo
Eso me larga
el jefe
como desagradable colofón
de un discurso infumable
Lo que ocurre es
que te falta
como desagradable colofón
de un discurso infumable
Lo que ocurre es
que te falta
espíritu de
equipo
Repite la frasecita
primero taciturno
luego serio
después amenazante
Mi silencio
y mi cara de palo
con el ceño fruncido
y los ojos entreabiertos
no ayudan precisamente
a distender la escena
Al cabo respondo
casi masticando
con preguntas
¿Equipo? ¿Qué equipo?
El tío muda
Repite la frasecita
primero taciturno
luego serio
después amenazante
Mi silencio
y mi cara de palo
con el ceño fruncido
y los ojos entreabiertos
no ayudan precisamente
a distender la escena
Al cabo respondo
casi masticando
con preguntas
¿Equipo? ¿Qué equipo?
El tío muda
de ocre a
colorado
La sangre de su pequeño cuerpo
viaja hasta su cabeza
a través de esa vena
La sangre de su pequeño cuerpo
viaja hasta su cabeza
a través de esa vena
hinchada del
cuello
Ahora el que calla es él
y su ojo izquierdo
solo ese ojo
empieza a parpadear
como un semáforo intermitente
Comienzan a temblar
Ahora el que calla es él
y su ojo izquierdo
solo ese ojo
empieza a parpadear
como un semáforo intermitente
Comienzan a temblar
los papeles que
sostiene
en sus manos
Creo que las orejas
Creo que las orejas
le han crecido
y el nudo de su corbata gris
es comparable
al de la soga de un ahorcado
El tipo suelta los documentos
agacha las narices
y comienza a sollozar
Ese imbécil
al que si hubiera podido
hace un minuto
le habría cruzado la cara
parece indefenso
un animal malherido
Y joder
llamadme ñoño
pero a mí me gustan los animales
Por eso me levanto
y le acaricio el cogote
como le gusta a mi perro
mientras le susurro
Tranquilo
y el nudo de su corbata gris
es comparable
al de la soga de un ahorcado
El tipo suelta los documentos
agacha las narices
y comienza a sollozar
Ese imbécil
al que si hubiera podido
hace un minuto
le habría cruzado la cara
parece indefenso
un animal malherido
Y joder
llamadme ñoño
pero a mí me gustan los animales
Por eso me levanto
y le acaricio el cogote
como le gusta a mi perro
mientras le susurro
Tranquilo
tranquilo
no pasa nada
un mal día
un mal día
lo tiene
cualquiera
lunes, 1 de febrero de 2016
Yatedigo
Kevyn, ¿meskuchas oké? Haze rato
kestás aí tókieto, silenzioso, kon kara de panoli y babeando. Joder, mírame,
Kevyn, ke testoy ablando. Soy la Yessi, kolega. Y komo te dezía, keske no
komprendo a los jóvenes doy en día, tío. Kestán hidiotas. Esta tarde han venío
a berme mis nietos y he flipao, chaval. ¿Pero kete passa, nano? Pareze ketayan
dao una sobredosis de pastiyas dessas ke nos merkábamos en las fiestukis kuando
aún no nezesitábamos bastón o siya de ruedas pa desplazarnos, kolega. Pues eso,
kean venío mis nietos a felizitarme el año. ¿A ke no sabes ké nombres les puso
mi hija? Aluzina: José Vizente, Amparo y Agustín. Agustín se kedaría ella, la
muy jilipollas. ¿Se pué ser más konvenzional e idiota? A la pobre Vanessa ya la
notaba yo zierto retraso de pekeña, pero kuando krezió se le azentuó mucho,
joder. Valla nombres de mierda. Los kríos lan salío a ella, mekago en el kopón
de la baraja. ¿Pues no les da por la mússika klásika y la poesía? ¿Serán memos?
El pekeño, el Agustín, kestá medio bizko, se ha puesto a tokar kon el violín
una de Mozar en desafinao mallor. Y lo peor eske en lugar de mearme de la risa he
tenío ke kontenerme y kaplaudir pa no erir su autohestima. La Amparito, más
kursi kel unikornio de la Barbi, ma rezitao de memoria unas rimas de Beker, la
madrekelaparió. Ni de Bukoski eran los poemas, kon lo ke sabe su madre keamí me
mola ese borrachuzo. Y yo ayí, poniendo mallormente kara de felizidá mientras
me daban ganas denviarla a kagar bajo de un pino. ¿Pero ké koño aze esa jente en
el kole, tronko? Yo makuerdo de nuestra époka, nos eskakeábamos a todaora pazernos
unos porritos, ponernos tatus y pirsings, bailar en el parke bachata y reguetón
con la músika del móbil y edukarnos en el sekso. A estos pabos lesadao por estudiar,
komo si fueran luego a ser ministros o direktores de algo, kon lo achuchá kestá
la puta bida. Y no te pierdas lo del tontolaba del Josevi, ké fuerte tío, ma
largao ke kiere azer la karrera de ade, un noséké de empresas y la poya en binagre.
Lee dicho kadelante, por no pegarle un ostión ayí en medio de tós nuestros
kompis, tete. A muerto dambre es a lo ke va a aspirar esestirao, kes komo su
padre, un másmemerezkoyó, un pijo de kuidao, yatedigo. En lugar de pasta pa las
estrenas les he endiñao unos bales deskuento del Burgerkin ke metío en unos
sobres; kuando los abran en su kassa se van a jiñar de la rabia.
Kevyn, testás poniendo muy pálido,
kolega. Kevyn, ¿vas de kachondeo? No me gastes bromas, ke tengo la mecha korta
y me konozko. Tío, ¿ké te passa?
—¡Enfermera! ¡Enfermera! ¡Ke me
pareze kel Kevyn no respira! Joder, agan algo, leche. Kon la ilusión ke tenía
él de yegar al 2080…
jueves, 10 de diciembre de 2015
Todo este rollo
Mira hijo mío
déjame que te explique
de qué va
todo este rollo
Primero naces
y nos haces felices
muy felices
Te criamos
con los mejores productos
te mimamos
te consentimos
te compramos
los juguetes de moda
y cualquier idiotez
que se te antoje
Buscamos
un buen pediatra
Te inscribimos
en un buen colegio
Uno de esos
donde desde el principio
te adiestran
en conocer las reglas
en cumplir las reglas
en no intentar cambiarlas
en venerar a quienes las imponen
Donde desde el principio
te inculcan
que la vida es maravillosa
siempre que la vivas
con resignación
dentro del rebaño
obedeciendo al pastor
y a sus perros
Donde desde el principio
te venden la invisibilidad
como la mejor de las virtudes
Donde también te convencen
de que es fácil ganarse el cielo
aceptando las injusticias terrenales
de que las revoluciones
nunca fueron útiles ni convenientes
Donde te enseñan a recitar
buenos días
cómo está usted
encantado de conocerle
por favor
si fuese tan amable
buenas tardes
sí señor
muchas gracias
ha sido un placer
siempre a su servicio
Luego con suerte
ingresas en la universidad
donde das con gente
que intenta seducirte
de que no hay reglas
y si hay se cambian
o mejor se destruyen
Gente con mucha labia
que nunca mueve un dedo
para materializar
ni una sola
de sus propias consignas
Aprovechas entonces
para emborracharte con los amigos
para descubrir el sexo
quién sabe si también el amor
e incluso la muerte
Tal vez más tarde
encuentras un empleo
donde puedes practicar
eso que te enseñaron
eso de
buenos días
cómo está usted
encantado de conocerle
por favor
si fuese tan amable
buenas tardes
sí señor
muchas gracias
ha sido un placer
siempre a su servicio
Un empleo
que te sirve
para adquirir tu primer automóvil
Un empleo
en el recibes órdenes
más o menos estúpidas
de gente estúpida
a los que se denomina
superiores
aunque no te lleguen
a la suela del zapato
Después con algo de suerte
tú eres uno de esos
estúpidos superiores
que imparte
órdenes más o menos estúpidas
a gente inferior
a la que no llegas
ni a la suela de sus zapatos
Y seguramente
alguna vez
encuentras a alguien interesante
de una buena familia
que le crió
con los mejores productos
que le mimó
que le consintió
que le regaló idioteces
que tuvo un buen pediatra
que ingresó en un buen colegio
que le inculcó las mismas reglas
y los mismos dogmas
que con suerte fue a la universidad
y tiene un empleo
Y te unes a esa persona
compráis una vivienda
y os hipotecáis de por vida
pero gracias al cielo
tenéis un hijo
que os hace muy felices
al que criáis
con los mejores productos
al que mimáis
al que consentís
al que regaláis idioteces
al que buscáis un buen pediatra
y al que inscribís
en un buen colegio
que le inculque las misma reglas
y los mismos dogmas
etcétera
etcétera
etcétera
Pero hijo mío
fíjate lo que te digo
si algún día
te hartas de toda esa mierda
y quieres hacerla volar por los aires
recuerda
solo recuerda
que tengo una cerilla y una mecha
guardadas para ti
Sería una satisfacción infinita
poder ser tu cómplice
domingo, 1 de noviembre de 2015
Rutina
Imagen de Daniele Gay (Italia) - http://d4n13l3.deviantart.com/
A la hora
programada, se conectó el vídeo-despertador y se interrumpió el funcionamiento
de las alarmas internas y externas. En techo y paredes se sucedían relajantes imágenes
de una playa paradisíaca en ultra-plus-resolution.
Mientras, de fondo, procedente del equipo con sonido envolvente 6-D y a un
volumen que crecía de forma progresiva, sonaba una bellísima sinfonía de Bach. La
parte superior de la cama se incorporó con suavidad hasta alcanzar el ángulo
previsto de 22,5 grados y las persianas comenzaron a ascender, en completo silencio,
a una velocidad constante de ocho centímetros por minuto. En la cocina, el
androide puso en marcha la cafetera y la tostadora. El generador instalado en
el garaje empezó a suministrar energía eléctrica al vehículo mega-inteligente allí
estacionado. Cuando Luis entró al baño emitió una orden verbal y la ducha
comenzó a suministrar agua a 30,2 grados centígrados; ni una décima más, ni una
menos.
Tras su
aseo personal, se introdujo en la cabina de diagnóstico para obtener un informe
de sus constantes vitales, contaminación radiactiva incluida. Se vistió,
chequeó el informe, desayunó, consultó la previsión meteorológica exacta para
las siguientes seis horas, reprogramó el robot y los electrodomésticos y subió
al autoplaneador, deseándose más suerte que los últimos cuatrocientos treinta y
seis días. Aunque en todos los medios el Gobierno aseguraba por enésima vez que
la tasa de paro seguía reduciéndose a un ritmo trepidante, la realidad es que él
no había recibido ni una sola oferta de trabajo desde que se firmó un E.R.E. y
perdió su puesto de ingeniero en Domotics
Enterprise. A ver si hoy, por lo menos, en la Oficina de Empleo la cola no
era tan larga como de costumbre.
NOTA: Este relato está incluido y forma parte de la revista
VALENCIA ESCRIBE de Noviembre-2015, disponible en
sábado, 5 de septiembre de 2015
Crac
Holly (EUA) - http://holly6669666.deviantart.com/
El mundo
hace crac
mientras ves la televisión
mientras sacas brillo al coche
mientras pagas tus impuestos
mientras te matas en el gimnasio
mientras olvidas las llaves
El mundo
hace crac
mientras compras en el súper
mientras recoges la caca del perro
mientras mandas un wasap
mientras miras por la ventana
mientras alcanzas el orgasmo
El mundo
hace crac
mientras te tuestas en la playa
mientras riñes a tus hijos
mientras lees un libro
mientras te despachas una paella
mientras das el pésame a alguien
El mundo
hace crac
mientras esperas al médico
mientras lavas los platos
mientras cantas gol
mientras pones el despertador
mientras te tomas una cerveza
El mundo
hace crac
mientras
preparas un informe
mientras
juegas a la lotería
mientras
asistes a un concierto
mientras pisas un charco
mientras
cagas
El mundo
hace catacrac
Y tú ahí
tan tranquilo/a
miércoles, 8 de julio de 2015
Crisis
Prison break - Weichuan Liu (China) http://lwc71.deviantart.com/
Últimamente, en la penitenciaría
reina el silencio. Los internos miran con recelo a los funcionarios, aunque también entre ellos andan buscando un culpable. Porque, como explicación más
plausible, solo encuentran la de que alguien haya estado vertiendo en la comida
una extraña droga. La intervención de los empleados de la cocina, principales
sospechosos, fue descartada tras haberlos sometido a agotadores interrogatorios,
polígrafo incluido. A pesar de eso, un representante de los vigilantes y otro de
los presos comprueban a diario que no se empleen ingredientes desconocidos en
el proceso culinario.
Nadie sabe cómo ni cuándo acabará
todo. Lo único incuestionable es que poco a poco los ánimos van caldeándose,
que si la situación persiste –y no hay indicios de solución a corto plazo- la
violencia hará acto de presencia más pronto que tarde. Y es que se hace insoportable permanecer
allí encerrado, sin poder soñar mientras duermes.
martes, 23 de junio de 2015
Encuentro en La Cuarta Fase
Voy a ser
sincero:
entré en
aquel bar de pijos
que se
llamaba La Cuarta Fase
por una
razón muy sencilla
Me estaba
meando encima
necesitaba orinar
y rápido
Por eso
pedí un café
y corrí a
aliviarme al baño
Cuando
regresé
solo había
un sitio libre
así es que
pagué la consumición
y me instalé
allí
En la mesa
de al lado otro cliente
uno con
pinta de enteradillo
con el pelo
engominado
un piluco
de tres kilos de peso
gafas de
sol de marca
y traje
gris marengo
parloteaba por
su iphone
como un perfecto
imbécil
Que si el
índice Nikkei
que si el
PIB de Rusia
que si una
OPA del Desdner Bank
que si el
LIBOR de los cojones
Total gilipolleces
de esas
gracias a
las cuales
unos pocos incrementan
sus riquezas
y la
mayoría nos hundimos más en la miseria
Cuando
estaba diciendo algo
acerca de
comprar un millón de acciones
de no sé
qué sociedad luxemburguesa
al tío se
le muere el teléfono
debía estar
hasta los cátodos
de aquel
impresentable
El tío se
gira y me pregunta
si llevo
una batería externa
Como le contesto
que no
hace un
respingo
propone
comprarme el móvil
Si tiene
suficiente energía
te doy mil
euros tío
pago al contado
me dice en
plan arrogante
Es una
oferta tentadora
pero ese
individuo me cae mal
rematadamente
mal
muchísimo
más que mal
Le abriría el
cráneo gratis
antes que prestarle
un kleenex usado
Así es que
me pongo serio
en plan
interesante
y le digo
que no
que lo
siento pero no
que estoy
esperando una llamada
muy importante
de las Bahamas
(que no sé dónde
carajo están)
Una llamada
trascendental
para el
futuro le digo
de la
humanidad en este planeta
Porque y
ahora le ruego que sea discreto
la hora de
la invasión extraterrestre ha llegado
lunes, 1 de junio de 2015
El coleccionista
The dream collector - Hano Deckrsen (Brasil)
A mí, para
ser sincero, los coleccionistas me dan grima. Siempre los miro de reojo y
procuro mantenerme al margen. Jamás me atrevería a preguntar a ninguno de ellos
por su afición, ya que podrían contestarme o, lo que es peor, intentar explicarme
algo, entrar en concienzudos detalles sobre alguno de los apasionados productos
de los que hacen acopio y que, la verdad sea dicha, me importan un pito. No
entiendo cómo a nadie puede entusiasmarle observar lepidópteros muertos, vitolas
para habanos desaparecidos, chapas oxidadas de espumosos, monedas nigerianas,
escarabajos peloteros o estampillas de la Guayana Holandesa del período de
entreguerras. Pero, por favor, no me malinterpreten, eso no significa que un
servidor haya perdido el respeto por cualquier tipo y grado de excentricidad.
Considero y defiendo que cada cual es muy libre de elegir sus desequilibrios o
psicopatías. ¡Faltaría más!
Vengo a
decir todo esto porque hoy me he acordado de mi vecino de arriba. Era uno de
ellos, un coleccionista. Pero no uno cualquiera. Ese tipo era un crack. Porque
en lugar de objetos tangibles, el buen hombre se dedicaba a almacenar sonidos.
No, no estoy loco. Cada día era testigo de la extraordinaria y variopinta
colección de ruidos, gritos, lloros, silbidos, golpes, ronquidos, voces,
susurros, crujidos, músicas, gemidos, etcétera, que ese personaje acaparaba y
que no sé dónde guardaba, ni qué pinta tenían, por cierto.
A veces me
lo encontraba en el ascensor y comprobaba que le costaba dar los buenos días,
decir hola, adiós o hasta luego. Seguramente debía pensar que cada palabra que
salía de su boca es una pérdida, un sonido que huía y nunca más podría
recuperar. Yo lo entiendo, sé por fuentes serias y solventes que esa gente es
muy obsesiva, muy suya. Que no les gusta prestar ni compartir sus preciados
objetos de deseo. Son capaces de machacarte con una clase magistral sobre
cualquiera de ellos, pero lo que es compartir el más inútil y despreciable, eso
ni por asomo.
Tal vez por
esa misma razón, aquel sujeto se concentraba en disfrutar su colección en lo
que entendía que era la intimidad de su casa y en los momentos más inesperados.
Como cuando un domingo a las ocho de la mañana sacaba del baúl el estrépito de
una taladradora. Me imagino que, emocionado al contemplar, oler, palpar y
escuchar ese sonido, no reparaba en la delgadez de las paredes y los suelos. No
era consciente de que estaba compartiendo –verbo maldito como he dicho para
cualquier coleccionista- sus valiosos tesoros con extraños, ajenos además a su
sacrosanta afición. Igual ocurría algunas noches, cuando difundía los gemidos
del placer sexual de una pareja o unos ronquidos temiblemente estertóreos.
Nunca llegamos a saber si el habitante de la puerta catorce tenía un canario o
solo poseía el sonido de su canto, que amenizó tantos de nuestros amaneceres.
Me hubiera
gustado conocer un poco más a aquel taciturno personaje, no tanto por curiosear
en sus pertenencias como para poder ahora explicarme el cariño que
tenía a la palabra «Maldita», detrás de la cual saltó desde su ventana del
quinto piso.
miércoles, 27 de mayo de 2015
Aturdido por tanta felicidad
Para escuchar Almost Blue, de Chet Baker, mientras se lee:
esta noche
tuve un sueño
flotaba sobre una colchoneta
en la piscina de mi mansión
contemplando mágicas nubes
desplazarse hacia el noroeste
a veces cerraba los ojos
estaba aturdido por tanta felicidad
a pesar o a propósito de las tristes notas
del «Almost Blue» que sonaba de fondo
interpretado por el mejor Chet Baker
ese que debió reaprender
a tocar la trompeta
después de que le destrozaran
los dientes por asuntos de drogas
la música solo era interrumpida a veces
por el canto de algunos pájaros
o por los gritos de mis queridos hijos
y los alegres ladridos del labrador
con el que jugaban en el jardín trasero
mi mujer tomaba el sol en top-less
recostada en una cómoda hamaca
dando cortos sorbos a un mojito
que le sirvió nuestra asistenta ecuatoriana
flotaba sobre una colchoneta
en la piscina de mi mansión
contemplando mágicas nubes
desplazarse hacia el noroeste
a veces cerraba los ojos
estaba aturdido por tanta felicidad
a pesar o a propósito de las tristes notas
del «Almost Blue» que sonaba de fondo
interpretado por el mejor Chet Baker
ese que debió reaprender
a tocar la trompeta
después de que le destrozaran
los dientes por asuntos de drogas
la música solo era interrumpida a veces
por el canto de algunos pájaros
o por los gritos de mis queridos hijos
y los alegres ladridos del labrador
con el que jugaban en el jardín trasero
mi mujer tomaba el sol en top-less
recostada en una cómoda hamaca
dando cortos sorbos a un mojito
que le sirvió nuestra asistenta ecuatoriana
estaba
aturdido por tanta felicidad
y pensé que sería sencillamente formidable
morir en ese preciso instante
que no me importaría lo más mínimo
que me cayese un meteorito encima
sufrir un infarto fulminante
palmarla en definitiva
en el puñetero cénit de mi vida
pensé que no valía la pena seguir viviendo
y pensé que sería sencillamente formidable
morir en ese preciso instante
que no me importaría lo más mínimo
que me cayese un meteorito encima
sufrir un infarto fulminante
palmarla en definitiva
en el puñetero cénit de mi vida
pensé que no valía la pena seguir viviendo
que en
cualquier momento
podría sonar
el teléfono
con las peores
noticias de mi asesor financiero
contando por
ejemplo que los yihadistas
habían
invadido las Seychelles
y ya me podía
ir despidiendo
del finiquito
de mi contrato blindado
que en
cualquier momento
telefoneaba mi médico particular
para soltarme
que las últimas pruebas
revelaban que
padecía una enfermedad terminal
que en
cualquier momento
llegaba un
condenado chantajista
con las fotos
del Presidente y un servidor
en la reunión
en la que nos repartíamos
una pasta
sospechosamente turbia
que en
cualquier momento
irrumpían unos
delincuentes
violaban a mi
mujer y a la criada
secuestraban a
mis hijos
y me cortaban
las pelotas
estaba
aturdido por tanta felicidad
allí flotando
en la templada agua de la piscina
mientras mi
mujer se untaba protector solar en las tetas
mientras mis
hijos mordían al perro
mientras la sirvienta
hacía crucigramas
mientras pensaba
que quería morirme en ese instante
cuando alguien
golpeó la puerta
eran dos
policías municipales
que me ordenaron
que desalojara
que recogiera
los cartones
y saliera
cagando leches
del cajero de
aquel banco
sábado, 13 de diciembre de 2014
Navidá en la penitenciaría
North Pole Penitentiary - Deborah (Canadá) http://pretty-in-pixels.deviantart.com/
Hola gente.
Me llamo Rafa, pero los colegas me dicen El
Tabarra. El señor Mauro, que es el Director del talego, me ha pedío que haga una redación de cómo es la navidá
aquí en chirona, que cuente mis esperiencias,
que luego echarán esta carta por la radio del pueblo pa que los vecinos no nos miren tan malamente y comprendan que
somos como los demás, aunque alguna vez en esta vida nos hayamos columpiao y la hayamos pifiao fastidiando a otras personas. Ahora,
por nuestra mala cabeza, los fastidiaos
somos nosotros y nuestras pobres familias.
La verdá es que yo no soy de mucho
escribir, no sé esplicar bien las
cosas y tengo muchas faltas de caligrafía aunque repaso en unas clases que nos
dan. Me mola más leer. Aquí en el penal tenemos una biblioteca mú cutre, tós los libros son viejunos y usaos
y a algunos les faltan hojas. Pero si rebuscas en los montones, a veces
encuentras algo guay. Como por ejemplo el tocho que estoy leyendo ahora y que
se llama El Conde de Montecristo, que
no tiene ná que ver con los puros
cubanos. Los palabros que no entiendo
se los pregunto al Sanguijuela, que
es un compañero mú listo al que
trincaron en Zaragoza por unas estafas que hizo allá. Iba tó trajeao por las casas
y decía que vendía encicopledias de esas.
A los jubilatas les sacó una pasta gansa
por unos libros que ni existían ni verían jamás. Además, pillaba los datos del
banco y luego se compraba trastos y chismes en internet que pagaban los viejales.
El Sanguijuela dice que está arrepentío, pero me da que al pavo lo
han calao en la trena y por falsuni naide quiere negocios con él.
Bueno, pues
eso, que el Director me ha camelao, diciendo
que como tengo facilidá de palabra
que les esplique a ustedes vosotros lo
de las fiestas en la prisión. Lo que no sabe es que, aunque sea un bocas, aunque no pare de dar la brasa a tó Cristo viviente, que por eso me llaman
Tabarra, me cuesta y me cansa mucho
escribir. Además, al menda no le gusta pa
ná darse el moco. Espero que no me
haya vacilao y luego cumpla su
palabra y me regale Las sombras del Greys,
como me dijo.
A mí lo de
la Navidá, la verdá, como que me da grima. Iba a soltar un taco, pero el señor Mauro
me ha proibío escribir palabrotas. Yo
no sé a los demás pero a mí me rayan tós
esos anuncios en la caja tonta, con gachís rompedoras machacando con lotería,
turrones, champán, perfumes, bugas y un
mogollón de cosas que mucha gente nunca podremos comprar. Y ni te cuento las
pelis americanas que echan en esta época, bueno mayormente casi siempre, en toas salen unas kelys de leyenda con dueños que son unos finolis del copón, van sobraos de tó y tienen familias maravillosas que después de comerse un pavo
gigante se limpian con un confeti lo que ya te pués imaginar. A mí me joroba mucho que echen esas películas y que
los hijos de los que somos unos desgraciaos
se den cuenta de lo desgraciaos que
somos.
Lo único
que me gusta de la Navidá en el trullo,
aparte claro de que algunos días se estiran un poco con el alpiste, es que montan actividades molonas que no se hacen en otra
época del año.
Por
ejemplo, en una sala mú grande
enseñan y venden a los visitantes algunos trabajos que nos currelamos durante
el año en los talleres: cosillas de pintura, ebanistería y cerámica. Con la guita
que se recauda luego nos mercamos tabaco, revistas, cedés y otras chorradas.
También hay
un partido de fútbol entre los barandas,
o sea los funcionarios, y los reclusos, al que vienen nuestras parentelas.
Siempre acabamos endiñándoles una paliza, quiero decir, que les metemos unos buenos
sobos. El año pasao quedamos 10 a 2 y
un vigilante canijo que se llama Fermín salió en ambulancia, porque al macarra
del Kunfú se le fue la pinza y de una
patada le crujió el peroné. Estuvo seis meses de baja y aún cojea. Yo metí dos
golazos, uno de cabeza en plancha a centro del Pitufo y otro de falta directa por tó el ángulo. Ése lo celebré haciéndole un calvo al portero, que era
el pringao de Núñez, cómo se mosqueó
el tío, quería zurrarme, vaya bronca…
Luego, otro
día, montan un concierto. Ese día dan también los trofeos de mus y dominó. Traen
algún grupo chungo de la capital al que no conoce ni la madre que lo parió,
pero lo pasamos bien porque reparten
birras y montaítos y armamos una
buena bulla. La última vez hizo de telonero Manu El Vakaloka, un friki que
toca la guitarra como Dios y compone raps contra la guerra, los mandamases y
esta porquería de mundo.
Pero si hay
algo que de verdá parte la pana, eso
es la obra de teatro que presenta en Nochebuena una peña de compadres. El capo
es Tomasín, un camellito valenciano
que entiende mucho y estaba mú enrollao con el tema en las fiestas de
su pueblo. El tío es un crack; lo flipa en serio y se ataca enseguida. Monta
unos pollos guapos en los ensayos y se acuerda hasta de la abuela de los que se
escaquean cuando hay partido en la tele. El día de la obra, que ya he dicho que
es Nochebuena, toa la basca nos partimos la caja en el salón
de actos, porque algunos van vestíos
de chorbas y tienen una pinta que ni te cuento. Además, muchas veces olvidan lo
que tienen que decir y Tomasín ha de soplarles
desde el rincón. Creo que este año están preparando una que se llama El Alcalde de Zalamarra o algo parecío, pero dicen en versión tuneada o
yo qué sé. Y hablando de alcaldes, de lo que tenemos tós unas ganas locas, locas, es que manden aquí ya de una vez a unos
cuantos políticos porque, aunque muchos son unos malos bichos, seguro que tós son unos actores dabuten y con ellos el espectáculo saldría
niquelao.
Bueno, pues
ná, se acabó, se finí caprí, Feliz Navidá y Posprero Año Nuevo pa toa la tropa.
Rafa Sastre
viernes, 27 de junio de 2014
Maldita la hora
Foto de Rachel K - https://www.flickr.com/photos/kimonomania/
La barbilla enhiesta, volátil el cabello,
sonrosadas mejillas que enmarcan una sonrisa deslumbrante y ese sutil
movimiento de brazos, trasero y caderas que realza sobre la pasarela su
incipiente pubertad. La niña vestida de puta maldice la hora en que sus padres decidieron
inscribirle en aquel concurso de pequeños monstruos.
domingo, 18 de mayo de 2014
Somos la solución
Money! - Bon Grit (http://500px.com/bonguri)
A ver si me explico. Yo puedo
llegar a comprenderos; al menos eso creo. No tenéis un puto duro y queréis
arrebatarnos nuestro dinero. Me pongo en vuestro lugar y pienso que yo, a lo
mejor o a lo peor, me comportaría igual. Pero vamos a ver, ¿qué culpa tengo yo de
que mi padre fuera un hombre acaudalado? Exigís el respeto para los negros, los
parados, los disminuidos, los gays, las lesbianas, los inmigrantes, hasta para
las ballenas, las abejas, los toros bravos y las focas… ¿por qué os olvidáis de
los millonarios? Joder, ¡respetadnos a nosotros también, por el amor de Dios!
Hemos tenido la suerte de haber nacido así, en familias acomodadas a las que nunca
les ha faltado de nada. ¿No pretenderéis que renunciemos a nuestra propia naturaleza,
verdad? Yo no pido que nos veneréis, ni que nos saquéis bajo palio cuando vamos
a pasear en el Jaguar o a tomarnos un vermut amenizado con Möet Chandon y caviar
iraní al sitio de moda, solo suplico que nos dejéis en paz de una maldita vez,
que os olvidéis de nosotros, de nuestros lujosos coches y majestuosos yates. Porque,
en general, pensáis que somos el problema, cuando en realidad somos la
solución. ¿Qué sería de esta sociedad sin nosotros? A ver, que alguien se
estruje un poquito los sesos, que exija un mínimo esfuerzo a sus perezosas neuronas.
Vale, pues ya os lo cuento yo: esto sería una puñetera mierda, amigos. Empezamos
porque una sociedad sin millonarios sería una sociedad sin la mitad de las
empresas (bueno, he de reconocer que muchas de ellas son sociedades fantasmas
creadas para blanquear dinero y/o defraudar a Hacienda, pero bueno, id borrando
la mitad de las empresas). ¿Dónde estaría toda nuestra pasta, nuestros billones
y billones de euros? Pues repartida desigualmente –por mucho que se quiera no podría
ser de otra manera- entre la población, una población en su mayoría ignorante, que
con dinero en la cartera no tendría ningún inconveniente en negarse a trabajar.
¡Que trabajen los chinos! diría cualquier miserable de esos que debajo de una
pancarta brama ahora por un puesto laboral, si le llenas los bolsillos. ¡Que
fabriquen los asiáticos, que cultiven los norteafricanos, que nosotros estamos
muy bien aquí, tumbaditos a la bartola, tomando el sol, poniéndonos hasta el
culo de cerveza! ¿Yo camarero? ¿Yo mujer de la limpieza? ¿Yo conserje? ¿Yo
cocinero? ¡Y una mierda! te volverían a decir los tipos de las pancartas. Se
cerrarían hoteles y progresivamente todos los negocios. ¿Quién querría ser taxista,
albañil, maestro, soldador, funcionario, mecánico, transportista, policía,
dependiente en una tienda, médico, fontanero, bombero, chiquito de los recados,
etcétera, etcétera? Pues nadie, coño, nadie. Tendríamos que contratar a
emigrantes para que hiciesen aquí lo que nadie querría hacer, y éstos
remesarían los ingresos a sus países de origen. Si además compramos todo fuera
de la patria, todo nuestro dinero acabaría largándose de aquí y no precisamente
a Suiza, que es un país muy decente y neutral en el que nos custodian el capital
necesario para que esto siga funcionando, no. Se iría a Taiwan, a China, a
Malasia, a Filipinas, a Sudamérica, a todos esos países que llamamos emergentes
por no calificarlos de jodidos esclavos del primer mundo. ¡Que sí! Que nosotros
-vosotros incluidos- somos el primer mundo, cojones, una sociedad moderna aunque
a algunos os cueste reconocerlo. Que tenemos el euro y el AVE y vuelos de
low-cost aunque hayan aeropuertos sin aviones, tenemos fútbol, basket, Fórmula
1, motos y tenis de élite, macro-botellones, fiestas y saraos a toda hora, la
feria de abril, las fallas de Valencia, somos líderes en números de bares y
restaurantes, tenemos Benidorm, las playas y los Pirineos, también televisiones
con la Belén Esteban y el Paquirrín que emiten las noticias y los realitys que
el pueblo necesita para reforzar su autoestima y tener el cerebro ocupado solo en
temas que contribuyen a hacerle feliz, que no le inducen a calentarse los
cascos con inútiles elucubraciones. ¡Ah! ¿Y políticos? ¿Quién narices estaría dispuesto
a serlo si puede evitarlo, solo porque no necesita más dinero del que tiene y
además es imposible venderse? Pues nadie, obvio. Nadie querría presentarse a
las elecciones, estaríamos huérfanos de mandatarios y esto acabaría siendo una
podrida anarquía. El dinero se iría terminando y los que gastaban más exigirían
a los que gastaban menos que repartieran sus ahorros, produciéndose una nueva
vuelta de tuerca hacia la autodestrucción. Creo que me he expresado claramente,
que he expuesto poderosas razones por las que los millonarios somos necesarios
para que el sistema siga funcionando de forma pacífica como hasta ahora. No
somos vuestros enemigos, queremos ser el espejo en el que os miréis para
estimular vuestra ilusión, para que no dejéis de esforzaros en intentar ser lo
que nunca alcanzaréis a ser. Los millonarios somos imprescindibles para que
esto marche, no os dejéis influenciar por las equivocadas ideas que los
perro-flautas intentan sembrar en vuestras cabezas. Somos más necesarios que
las ballenas, que las abejas, los toros bravos y las focas. Sin nosotros no
existiría el equilibrio social; nosotros aquí y vosotros allí, sé que duele,
pero en eso consiste el equilibrio. Dicen que todos nacemos iguales, con los
mismos derechos, pero eso solo es una hermosa patraña que queda muy bien en constituciones
inútiles, superfluas declaraciones universales y profundos discursos
filosóficos. La justicia social consiste en que nosotros somos nuestros
patrimonios, heredados o robados, tanto da, y vosotros sois vuestras desgracias,
insuficiencias y miserias. Así de sencillo. Porque es lo natural, porque Dios
lo ha querido. No os importe padecer, seguro que os estáis ganando el cielo.
Rezad, trabajad, obedeced a NUESTROS gobiernos (olvidaba mencionar que en eso
algunos tenéis razón: el viejo truco de la democracia sigue siendo muy útil,
los gobernantes NOS pertenecen) y ved televisión a troche y moche. Esa es mi
receta para que alcancéis eventualmente alguna porción de felicidad –y me consta
que se saborean y sientan mucho mejor las porciones pequeñas que las tartas
enteras-. Porque ya va siendo hora de que os dejéis de pamplinas: reconoced que
no tenéis futuro, admitid que habéis nacido para sufrir, que sois unos cobardes,
unos perdedores. Cuando os mentalicéis de ello, comenzaréis a ver la vida desde
otra óptica e igual no os sentís tan desgraciados. Dicho esto, os deseo mucha
suerte a todos.
Torcuato H. de P.
Comisionado en España de Millonarios sin Conciencia
jueves, 8 de mayo de 2014
Sin rodeos
Según
mi amigo Benito, al que le gusta decir lo que piensa sin rodeos ni zarandajas, cada
vez que un tío encorbatado con aspecto de no haber pasado hambre en su vida,
sentado en un sillón de cinco mil euros, detrás de un habano y una mesa de
diseño de precio asimismo incalculable, un tío con pinta y maneras de hiena, que
no ha hecho otra cosa en su puta existencia que rascarse las pelotas a dos
manos y defraudar al fisco, que no conocería el sudor si no hubiese visitado
una sauna, la Riviera Maya o una pista de pádel, cada vez (dice) que ese sujeto se
queja de la insuficiente productividad laboral y exige la bajada de los
salarios y las pensiones, debería desatarse una tormenta apocalíptica sobre su
jodida cabeza y caer un rayo mortal en sus descomunales testículos. Cada vez; sí, en sus testículos. Por cabrón, por hijo de puta.
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